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“La excelencia artística solo es plena cuando es también diversa y accesible”
Entrevistamos a Marjorie Nétange, directora de desarrollo de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, para profundizar en la colaboración que la institución mantiene con la Fundación SIFU desde 2022. Una alianza que se materializa en proyectos como la Gala SuperArte y las becas para el Summer Camp Jóvenes Artistas, iniciativas que apuestan por la inclusión y el talento diverso en el ámbito musical.
¿Cómo nace la colaboración entre la Escuela Superior de Música Reina Sofía y la Fundación SIFU?
La colaboración nace en 2022 a partir de un encuentro entre dos visiones que, desde lugares distintos, comparten una misma convicción: que la música es una herramienta de transformación individual y colectiva.
Cuando nos conocimos, descubrimos enseguida que compartíamos la pasión de la música, la misión de apoyo al talento joven y los mismos valores: excelencia, inclusión e innovación. Fue un entendimiento mutuo que rápidamente se tradujo en proyectos conjuntos.
¿Qué significa para la Escuela formar parte de la Gala SuperArte?
Formar parte de la Gala SuperArte —y hacerlo este año en el escenario del Teatro Real, junto a 20 alumnos de la Escuela— es una oportunidad única para nuestro alumnado, no solo por el escenario, sino por el tipo de experiencia que representa.
En la Escuela fomentamos un desarrollo artístico integral, que incluye tocar en múltiples formatos, ante públicos diversos y en contextos significativos. Este desarrollo holístico prepara a los jóvenes para ser no solo excelentes músicos sino también comprometidos con su entorno.
Esperamos también que esta experiencia sea positiva para los becados SuperArte y que disfruten de compartir escenario con el alumnado de la Escuela, que quizás les pueda servir de referencia e inspiración en el desarrollo de su talento.

¿Cómo se vive desde dentro el hecho de compartir escenario con artistas con discapacidad?
Desde dentro, se vive como lo que es: un proceso de aprendizaje profundo. Como comentaba antes, uno de los pilares de la Escuela es la inclusión, un valor que intentamos siempre transmitir a nuestros alumnos. La música tiene la característica de unir a las personas, independientemente de su nacionalidad, idioma, condición económica o social.
Para la mayoría de nuestros alumnos, este evento va a ser la primera colaboración con artistas con discapacidad y lo importante es que lo hacen guiados por un gran experto en este tipo de proyectos, Oriol Saña, director artístico de la Fundación SIFU. Este acompañamiento y mediación es clave para el éxito del proyecto.
La Gala SuperArte reúne talento, emoción e inclusión. ¿Qué creéis que aporta al mundo cultural un evento como este?
La Gala SuperArte interpela directamente al sector cultural, no solo por lo que muestra, sino por cómo lo hace. Pone en escena una forma diferente de pensar la excelencia: una excelencia que no se mide en homogeneidad, sino en la capacidad de integrar perspectivas diversas sin renunciar a la calidad.
El evento visibiliza no solo el talento de artistas con discapacidad, sino también la necesidad urgente de que nuestras instituciones culturales abracen la complejidad de la sociedad a la que sirven y demuestren que la cultura es, en definitiva, una poderosa herramienta de transformación social.
Además de la Gala, colaboráis con Fundación SIFU en el ámbito de las becas SuperArte. ¿Qué os llevó a abrir las puertas del Summer Camp a artistas con discapacidad?
Desde hace 3 años, contamos con un becado SuperArte en el Summer Camp “Jóvenes Artistas”, el programa de verano de la Escuela para jóvenes de 8 a 18 años. Este programa se ha abierto a participantes con discapacidad desde su primera edición y así constatamos una necesidad no cubierta: la de niños y jóvenes con discapacidad y talento musical que buscaban espacios inclusivos donde desarrollar su práctica musical durante las vacaciones de verano.
¿Cómo es la experiencia de tener a un becado SuperArte participando en el Summer Camp de la Escuela? ¿Qué aprendizajes deja en los propios músicos y profesores?
Cada becado SuperArte que participa en el Summer Camp enriquece profundamente la experiencia colectiva. No solo por su presencia, sino por el tipo de diálogo y la colaboración artística que genera dentro de la comunidad del Summer Camp: con los otros participantes, con los profesores, con los monitores y con el equipo de coordinación de la Escuela Reina Sofía.
Para los demás jóvenes músicos, supone abrirse a otras formas de expresión, a otros ritmos, a otros modos de interpretar el arte. Para el profesorado, es una oportunidad para ajustar dinámicas, explorar estrategias pedagógicas más flexibles y, sobre todo, escuchar más y mejor.
Este verano, organizamos por primera vez un taller de inclusión a través de la improvisación musical. La respuesta fue extraordinaria: los participantes vivieron una experiencia muy positiva de conexión y aprendizaje mutuo.
Y, por supuesto, el apoyo de las familias y la comunicación constante con ellos son claves para entender bien las necesidades del alumnado y anticipar las distintas situaciones que pueden surgir.
¿Qué papel puede y debe tener una institución musical como la Escuela Reina Sofía en la promoción de una cultura más inclusiva?
Como institución con trayectoria, proyección internacional y vocación pública, la Escuela Reina Sofía asume la responsabilidad de no limitarse a participar en proyectos inclusivos, sino de contribuir activamente a generarlos, sostenerlos y legitimarlos.
Nuestro compromiso con la inclusión nace de la coherencia con nuestros valores fundacionales y con la convicción de que la excelencia artística solo es plena cuando es también diversa y accesible.
Sabemos que, desde nuestro lugar en el ecosistema cultural, podemos actuar como plataforma amplificadora: dar visibilidad a experiencias transformadoras, crear marcos de colaboración sólidos y atraer la atención de otros sectores —educativo, empresarial, institucional— que deseen sumar esfuerzos.

¿Qué mensaje lanzaríais a otras instituciones culturales y educativas sobre la importancia de abrir sus espacios al talento diverso?
La diversidad no es un reto a gestionar, sino una oportunidad para reinventar nuestras prácticas. La experiencia con Fundación SIFU y el programa SuperArte ha demostrado que, cuando se generan condiciones reales de inclusión, todas las personas involucradas se benefician.
Para los artistas con discapacidad, representa una oportunidad de desarrollo y visibilidad. Para nuestra comunidad, una fuente de inspiración, aprendizaje y crecimiento. Animamos a otras instituciones a abrir sus espacios y a hacerlo desde el compromiso, la escucha y la ambición artística.